Cuando de reciclaje de los móviles se trata, es preciso tener en consideración que lo único que no se recupera, es la batería. Los demás componentes, se reciclan para obtener los materiales que los conforman. Es una especie de “afortunado círculo sin fin”, excepto por las baterías, como ya lo anotábamos.

Entre el estaño, el cobre, ciertos materiales preciosos que se encuentran en cantidades mínimas (como es el caso del oro o el paladio), y los plásticos, tenemos los diferentes materiales que se pueden extraer al reciclar los teléfonos móviles, esto es para reutilizarlos en la fabricación de otros teléfonos.

Los diferentes dispositivos electrónicos que hacen parte de nuestro día a día

Dentro de los precios que todos pagamos, día a día, para la adquisición de la infinidad de dispositivos disponibles, está comprendida una cantidad prevista para ser destinada al reciclaje mismo. En otras palabras, cuando compramos un teléfono móvil, estamos pagando (en parte, por supuesto) el futuro reciclaje el mismo.

Con el fin de financiar las actividades de múltiples organizaciones que se dedican al reciclaje de los móviles, los fabricantes de estos están en la obligación de garantizar estos procesos amigables con el medio ambiente y, de paso, con la salud de las personas.

Para solo situar un ejemplo, tenemos que la entidad Recyclia, dentro de la cual se encuentra la fundación Tragamóvil (en España) que, dicho sea de paso, se dedica específicamente a reciclar teléfonos móviles, gestionó 372.000 kilogramos de móviles y accesorios en 2014, para no mencionar estadísticas más recientes.

El reciclaje de los móviles es una necesidad apremiante por variados motivos.

Tal y como lo habíamos anotado, el único componente de un teléfono móvil que no se puede recuperar, es la batería. En lo que respecta al resto de las piezas, es preciso tener en consideración que las organizaciones requieren, en primer término, que los usuarios lleven los productos que ya no utilizan, a los sitios destinados para ser recogidos.

El reciclaje de los móviles es un asunto, también, de concientización y sensibilización por parte de la gran comunidad mundial de usuarios y consumidores. Los llamados “Puntos Limpios” de muchas ciudades del mundo, están destinados para que los usuarios de estos dispositivos los lleven allí y, de esa manera, contribuir con las organizaciones y fundaciones que llevan a cabo esta loable labor.

En dichos “Puntos Limpios” que, justo es decirlo, pueden recibir una infinidad de nombres diferentes, según sea el país, podemos encontrar unos contenedores destinados para el depósito de los aparatos electrónicos, en los que, también, tienen cabida los teléfonos móviles.

Anotemos, de paso, que en las grandes superficies de venta al público de toda clase de productos, entre los que se encuentran los hipermercados, también se encuentran dispuestos contenedores para los mismos propósitos.

Retomando el tema de las organizaciones y fundaciones encargadas del reciclaje de los móviles y, en general, todo tipo de aparatos eléctricos y electrónicos, digamos que ellas se encargan de en enviar un transporte que, justo es decirlo, cumple con todos los requisitos legales para trasladar todo tipo de residuos potencialmente tóxicos.

¿Cómo continúa este trascendental proceso del reciclaje de los móviles?

En el transporte se acumulan y se conducen a un almacén, donde se logran consolidar cantidades considerables para optimizar los envíos, que van,  al final de cuentas, a una planta de tratamiento. Esta es, entonces, la primera fase que implica organizar la logística de la recogida y el respectivo almacenaje de los residuos electrónicos.

El reciclaje, en estricto sentido, es el paso que sigue a continuación, en unas instalaciones que han sido, especialmente, predispuestas para los procesos que se deben adelantar. En lo que tiene que ver con las baterías de los teléfonos móviles, pasaremos a hacer alusión enseguida.

Para la extracción de la batería de los dispositivos móviles, lo primero que se hace, es separar la batería del dispositivo. Es preciso aclarar, de paso, que la mayoría de las baterías son de ion-litio, aunque aún siguen saliendo al mercado algunas baterías con tecnología más antigua.

Tal es el caso, de las que son fabricadas de níquel-cadmio o, bien, de níquel-metal hidruro, que son metales con una alta capacidad de contaminación ambiental y que, además, son perjudiciales para la salud. Este es, entonces, el proceso de reciclaje de los móviles.