El informe de gestión de riesgos aborda diez puntos fundamentales para evaluar y gestionar adecuadamente los riesgos que enfrenta la empresa. Comienza con una descripción completa de la organización, seguida de la definición de objetivos claros. Luego, se procede a identificar los riesgos internos y externos a los que está expuesta la empresa, evaluando su probabilidad e impacto potencial.

Con el fin de mitigar los riesgos, se detallan los controles implementados y el riesgo residual que aún prevalece. La estrategia y toma de decisiones relacionadas con los riesgos se analizan en profundidad, asegurándose de alinearlos con los objetivos corporativos.

Se establecen planes de acción concretos para abordar los riesgos identificados, asignando responsabilidades y recursos adecuados. La supervisión y auditoría externa se plantean como una medida para garantizar la eficacia de los procesos de gestión de riesgos.

Finalmente, el informe concluye con recomendaciones prácticas para mejorar continuamente el sistema de gestión de riesgos de la empresa. Este enfoque integral y estratégico asegura que la empresa pueda enfrentar los desafíos con mayor seguridad y tomar decisiones informadas para alcanzar sus metas y proteger su viabilidad a largo plazo.

  1. Descripción de la empresa: En esta sección, se proporciona una visión general de la empresa, incluyendo su nombre, misión, visión, historia, estructura organizacional, sector de actividad, y cualquier otra información relevante. Esto ayuda a contextualizar el informe y comprender el entorno en el que opera la organización.
  2. Objetivos: Aquí se detallan los objetivos específicos que la empresa desea alcanzar. Estos objetivos pueden estar relacionados con el crecimiento, la rentabilidad, la satisfacción del cliente, la expansión de mercados, la eficiencia operativa, entre otros. Es importante establecer objetivos claros y medibles para orientar la gestión de riesgos hacia resultados concretos.
  3. Identificación de riesgos: En esta etapa, se identifican y enumeran los posibles riesgos a los que la empresa está expuesta. Los riesgos pueden ser internos (como problemas de gestión, recursos humanos o tecnológicos) o externos (como cambios en el mercado, regulaciones gubernamentales, desastres naturales, etc.). Es fundamental realizar un análisis exhaustivo para no pasar por alto riesgos importantes.
  4. Evaluación de riesgos: Una vez identificados los riesgos, es necesario evaluar su probabilidad de ocurrencia y el impacto potencial que tendrían en la empresa si se materializan. Esto puede hacerse mediante técnicas como el análisis cualitativo y cuantitativo de riesgos, matrices de riesgos y la asignación de valores de riesgo.
  5. Controles: En este apartado, se describen los controles existentes para mitigar o reducir los riesgos identificados. Los controles pueden ser medidas preventivas, correctivas o de detección diseñadas para minimizar el impacto de los riesgos en caso de que ocurran. Se debe analizar la efectividad y eficiencia de los controles actuales y, en su caso, proponer mejoras.
  6. Riesgo residual: El riesgo residual es el riesgo que persiste después de aplicar los controles. En este punto, se evalúa el nivel de riesgo que la empresa está dispuesta a asumir y qué acciones se deben tomar para reducirlo aún más o aceptarlo en determinadas circunstancias.
  7. Estrategia/toma de decisiones: En este apartado, se analiza cómo la gestión de riesgos afecta la estrategia global de la empresa y cómo se toman las decisiones relacionadas con los riesgos. Esto puede incluir la asignación de recursos para gestionar los riesgos más críticos, la definición de roles y responsabilidades de los involucrados en la gestión de riesgos y la alineación con los objetivos corporativos.
  8. Planes de acción: Se detallan los planes de acción para abordar los riesgos identificados. Cada riesgo puede requerir un plan específico con acciones concretas, responsables, plazos y recursos asignados. Los planes de acción deben ser realistas, factibles y estar orientados a lograr los objetivos establecidos.
  9. Supervisión/auditoría externa: En esta etapa, se menciona cómo se llevará a cabo la supervisión y auditoría externa de los procesos de gestión de riesgos. Esto puede implicar la revisión de los controles implementados, la medición de la efectividad de los planes de acción y la identificación de áreas de mejora.
  10. Conclusiones y recomendaciones: Finalmente, se presentan las conclusiones derivadas del análisis de los puntos anteriores y se ofrecen recomendaciones para mejorar el proceso de gestión de riesgos en la empresa. Las recomendaciones deben ser prácticas, viables y orientadas a la mejora continua del sistema de gestión de riesgos.

Al elaborar el informe de gestión de riesgos siguiendo estos diez puntos, se proporcionará una visión integral de la situación de la empresa en términos de riesgos y se ofrecerán propuestas para su adecuada administración y toma de decisiones informadas.

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