Este libro pretende servir de orientación a los abogados, estudiantes y público en general sobre la institución del seguro que, con frecuencia, se presenta como una ciencia inaccesible y no apta para legos, cuando en realidad obedece al más elemental sentido común.

Es verdad que hay algunos detalles de la práctica profesional que pueden parecer complicados para la mayoría de personas, pero una vez que son expuestos didácticamente son asequibles para todos.

En tal sentido, nuestra intención es poner al alcance de los interesados la forma en que funciona el sistema asegurador, además de explicar sus fundamentos.

Algunas partes pueden parecer muy técnicas, pero si se leen con calma y cuidado podrán ser entendidas por el ciudadano promedio. Ello de ninguna manera implica que en el contrato de seguro no haya desequilibrio entre las partes contratantes, como lo sostiene toda la doctrina y ha sido acogido por las legislaciones de los países más desarrollados.

El poder de las aseguradoras, que fuera detalladamente expuesto por Andrew Tobías en su libro Los banqueros invisibles, hace más de treinta años (1982), es muy grande y es indispensable ponerle límites para evitar abusos.

En nuestro país ha habido una gran resistencia a la nueva ley 29946 del contrato de seguro, que todavía se intenta modificar. Se alega que esta es proconsumidor, pero, como lo ha dicho reiteradamente el excongresista Javier Bedoya de Vivanco, quien presentó el proyecto, esa era la intención, justamente para equilibrar la asimetría contractual siguiendo las tendencias modernas reflejadas en las normas europeas similares —que fueron la fuente de inspiración de la nuestra— y en los recientes cambios en la legislación inglesa que ha tenido que adecuarse a las de los países continentales.

Fuente: Fondo Editorial PUCP