El maíz y el trigo son dos de los cultivos más extendidos en todo el mundo debido a su alto rendimiento e importancia para la alimentación, los productos químicos y la alimentación del ganado. Algunos de los residuos de estos cultivos (es decir, mazorcas de maíz y paja de trigo) permanecen en el campo después de la cosecha del grano. En Europa, solo la mazorca de maíz y la paja de grano podrían proporcionar una biomasa potencial anual de 9,6 Mt y 54,8 Mt, respectivamente.

La recolección de dicha biomasa podría ser de interés para la producción de bioenergía y podría aumentar los ingresos de los agricultores. El progreso en la tecnología de cosecha juega un papel clave para convertir los subproductos sin explotar en materias primas valiosas. Este artículo presenta un estudio del desempeño y la calidad del trabajo de Harcob, un sistema innovador desarrollado para la recolección de mazorcas de maíz. Además, también se verificó la viabilidad de utilizar el sistema Harcob para cosechar también paja de trigo durante la cosecha de trigo.

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Los resultados mostraron que fue posible cosechar 1.721 ha-1 y 0.671 ha-1 de mazorca y paja, respectivamente, sin afectar el rendimiento de cosecha de la cosechadora. La ganancia obtenible de la cosecha de la mazorca de maíz fue de alrededor del 4%, mientras que no se observaron beneficios económicos significativos durante la cosecha de la paja de trigo con el sistema Harcob. El uso de subproductos de cereales con fines energéticos puede permitir la reducción de CO2 procedente de combustibles fósiles entre 0,7 y 2,2 t CO2 ha-1. El sistema Harcob resultó adecuado para cosechar subproductos de cultivos tan diferentes y de alto potencial y puede representar una solución para los agricultores que invierten en la cadena de producción de bioenergía.