Nuestra constante necesidad de estar enviando y recibiendo datos e información hace cada vez más indispensable la conectividad sin cables. Para esto se nos presentan como opciones la conexión Wi-Fi o la banda ancha móvil. Pero ¿Cuál de estas es mejor?

En este momento, WiFi lleva la delantera en términos de conveniencia ya que la banda ancha móvil por lo general requiere un dispositivo USB o una tarjeta de datos para funcionar, pero es debatible por cuanto tiempo más será así.
Actualmente están surgiendo muchas computadoras portátiles que poseen banda ancha móvil incorporada directamente, lo que pone a este servicio a la par del WiFi en términos de accesibilidad.

El WiFi generalmente ofrece conexiones confiables de alta velocidad aunque esta velocidad se puede ver afectada si la red inalámbrica está congestionada. Además WiFi limita la movilidad al rango que abarca la red. Otro punto en contra es que los usuarios generalmente necesitan pagar por el acceso a las redes inalámbricas.

La banda ancha móvil, por su parte, provee conectividad prácticamente ubicua, sin tener que preocuparse por el rango de la red y la accesibilidad. La contra de este sistema es la velocidad: suele ser más lenta que la conexión WiFi.

El tema se complica todavía más cuando hablamos de precios. El WiFi no requiere costos extras además de un pago mensual para acceder a la red. Si los usuarios se mueven fuera de los límites de alcance, se suma un costo adicional para acceder al servicio público, aunque muchos lugares se suman a la onda de WiFi gratuito.

Por su parte, los precios de la banda ancha móvil son cada vez más competitivos, con suscripciones mensuales cada vez menos costosas. Pero los paquetes que se ofrecen suelen venir acompañados de un límite de descarga restringido: los proveedores de servicios buscan así controlar el alto costo asociado a la transferencia de datos a través de la red 3G y prevenir que la red se congestione.

Finalmente, el tema más importante en este debate, es la seguridad. El WiFi público está bajo particular escrutinio en este tópico.

Las medidas que deben tomar los usuarios cuando acceden al WiFi público incluyen: asegurarse que el firewall de su PC esté encendido, deshabilitar los archivos e impresoras compartidos, hacer privados los archivos y encriptar los datos.

La banda ancha móvil es considerada más segura que el WiFi porque todo se encuentra encriptado de antemano a través del proveedor del servicio móvil. Probablemente, el único problema de seguridad que pueda mostrar es la perdida o robo del dispositivo USB o la tarjeta de datos que nos permiten la conexión.

Estos son simplemente algunos de los temas que es necesario tener en cuenta a la hora de elegir entre banda ancha móvil y WiFi.

¿Ustedes que opinan? ¿Qué tipo de conectividad prefieren?

Fuente: The Register