Es probablemente una inquietud común a todo el Profesorado la conveniencia de adaptar los contenidos de las Enseñanzas Medias a las necesidades que van surgiendo con el progreso de la sociedad. Entre estos cambios, los que mayor incidencia han tenido en los últimos años, y siguen teniéndola, son la crisis de la energía y el deterioro del medio ambiente, que están provocando un cambio de mentalidad respecto al consumo de unos bienes que son escasos y a la producción de los mismos.

Mediante la explicación de los avances científicos y tecnológicos la educación debe desempeñar una función fundamental con miras a crear la conciencia adecuada y a lograr una mejor comprensión de estos nuevos problemas que se le plantean a la sociedad. Esta educación ha de fomentar la elaboración de comportamientos positivos de conducta, tanto respecto al medio ambiente como a la utilización racional de los recursos energéticos.

Así pues, considerando los problemas planteados en este campo a la comunidad contemporánea y, habida cuenta del papel que la educación puede y debe desempeñar en el acercamiento a dichas cuestiones, es necesario adoptar algunos criterios que puedan contribuir a orientar los esfuerzos para el desarrollo de la educación energético-ambiental, principalmente a nivel regional, más teniendo en cuenta la absoluta dependencia exterior de Canarias en el ámbito energético.

Aunque los sistemas energéticos clásicos ya son estudiados con mayor o menor profundidad en las Enseñanzas Medias, las llamadas «nuevas energías» o «energías renovables» y su baja o nula incidencia negativa sobre el medio ambiente están totalmente ausentes en estos estudios, aun cuando la experiencia nos ha mostrado el enorme interés que despiertan entre el alumnado, reflejo, tal vez, de ese cambio de mentalidad de la sociedad al que anteriormente se hacía referencia.

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Casi todas las fuentes renovables de energía pueden estudiarse como casos prácticos muy interesantes de interdisciplinariedad, muy adecuado, por ejemplo, no sólo para su inclusión en los nuevos programas de estudios de Enseñanzas Medias Unificadas, sino para su tratamiento como aplicación en el entorno, según las orientaciones del M.E.C. sobre los programas renovados de los Ciclos Medio y Superior de la E.G.B.

Objetivos:

El objetivo de este trabajo es, pues, el presentar una pauta metodológica en el campo de la energía en general y de las energías renovables en particular, con objeto de que el alumno comprenda la naturaleza compleja del medio ambiente y la energía, resultante de la interacción de aspectos físicos, biológicos, tecnológicos, sociales, económicos y culturales. Con ello se pretende que adquiera los conocimientos, los valores, los comportamientos y las habilidades prácticas para que pueda en el futuro participar, responsable y eficazmente, en la prevención y resolución de los problemas energéticos y en la gestión del mejor aprovechamiento de los recursos.

Metodología:

Para intentar alcanzar los objetivos indicados se propone la guía de experiencias que se adjunta como material didáctico. Su metodología de aplicación se basa en una descripción de la experiencia, una enumeración del material a emplear, unas cuestiones planteadas para alcanzar el máximo rendimiento didáctico posible de la experiencia y un esquema que facilite el montaje y seguimiento de la misma.

El montaje de estas experiencias debe ser realizado por los propios alumnos, bajo las adecuadas orientaciones del Profesor y, dependiendo de la experiencia de que se trate, se puede llevar a cabo en el laboratorio o taller del Centro, o bien será necesario desarrollarla al aire libre. Esto permitirá al alumno, no sólo familia rizarse con el material de un laboratorio o taller, sino también entrar en contacto con la Naturaleza, lo cual resulta de gran interés a la hora de contemplar la incidencia que tiene el uso de la energía por el hombre en el medio ambiente y relacionar al alumno con su entorno físico próximo.

Fuente: Grupo Blas Cabrera Felipe